Tener un hijo menos, no tener coche, volar en avión lo menos posible y comer a base de plantas. Estas son 4 de las acciones que mayor impacto producen a la hora de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Esta es la principal conclusión del estudio científico realizado por Seth Wynes and Kimberly A Nicholas tras analizar 148 escenarios y 39 fuentes de datos disponibles en todo el mundo. Sin embargo, según sus conclusiones, estas recomendaciones apenas cuentan con espacio en las comunicaciones de los gobiernos o en los libros de texto de nuestros escolares.
Con mayor o menor interés, todos intentamos modificar algunos de nuestros hábitos, tanto personales como profesionales, para no contribuir al rápido deterioro de nuestro entorno, medioambiental, si, pero también social. Apagar las luces innecesarias, renunciar a un par de grados de calor en la calefacción o en el aire acondicionado o quizá gastar menos papel o tinta en la empresa. Parecen gestos evidentes, y con toda seguridad suman hacia el objetivo final.
Pero ha venido, una vez más, el método científico, riguroso y sistemático a ayudarnos a “centrar el tiro”. A partir del análisis de 148 escenarios de impacto climático de comportamientos individuales en diez países individuales industrializados (con algunos estudios considerando además toda la región de la UE), se han identificado una docena de acciones, entre las que destacan cuatro acciones recomendadas: Tener un hijo menos, vivir sin automóviles, evitar los viajes aéreos y llevar una dieta basada en plantas.
Reducir el consumo en general
En el ranking de acciones, se incluyen también las que contribuyen de forma “moderada” a reducir la emisión de gases de invernadero, como mejorar la eficiencia de la calefacción y la refrigeración, la instalación de paneles solares, usar el transporte público o la bicicleta o reducir el desperdicio de alimentos, o más claro aún reducir el consumo en general, y cuando consumamos, hacerlo con productos locales.
Las conclusiones de este estudio, que como nos explicó Karl Popper, siempre son “falsables”, parecen un resumen de las medidas que nos propone la Agenda 2030 de la ONU a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Acercarnos al cumplimiento de estos objetivos, que afrontan el problema no solo desde una perspectiva medioambiental, sino holística, es la asignatura que tenemos que estudiar y aprobar en estos próximo años, ciudadanos y empresas, porque no habrá examen de recuperación en septiembre.